Desde Rural Sustentable, queremos recordar que todos tenemos un papel en este cambio. Como formadores, emprendedores, vecinos o simplemente como consumidores conscientes, podemos ser parte de la transformación del rural.
En el corazón de cada cambio, de cada transformación profunda, está la gente. Sus manos construyen, sus ideas innovan, pero sobre todo, su actitud define el alcance de lo posible. En el Foro Rural Sustentable 2024, quedó claro que más allá de la tecnología, los recursos o las políticas, lo que realmente impulsa el desarrollo del medio rural son las personas: su capacidad de creer, colaborar y adaptarse.
Actitud: el poder de creer en el rural
Durante el foro, Luis García, de las Escuelas Familiares Agrarias (EFAs), compartió una reflexión simple pero poderosa:
“La actitud lo es todo. Podemos enseñar técnicas y habilidades, pero sin una disposición positiva hacia el cambio, no llegaremos lejos.”
El desarrollo rural no solo depende de mejorar las infraestructuras o atraer inversiones; también requiere una mentalidad abierta, dispuesta a aprender y a encontrar soluciones, incluso cuando los desafíos parecen insuperables. En un mundo que avanza a ritmos vertiginosos, la resiliencia y el optimismo son indispensables para quienes eligen quedarse y apostar por el rural.
Aptitudes: el valor de la formación y la colaboración
La actitud debe ir acompañada de herramientas concretas, de conocimientos prácticos que permitan transformar buenas intenciones en acciones sostenibles. Xosé Lois Llamazares, de Galletas Daveiga, señaló cómo las empresas rurales también deben asumir un rol proactivo, creando espacios de formación y motivación para sus trabajadores:
“No solo buscamos empleados capacitados, buscamos personas con las que compartir una visión y construir juntos.”
Desde iniciativas educativas como las EFAs hasta ejemplos empresariales como Daveiga, quedó claro que el desarrollo rural no es un esfuerzo individual, sino colectivo. La colaboración entre organizaciones, comunidades y empresas es lo que permite superar barreras y generar oportunidades reales.
Reflexión: sembrar para crecer juntos
El rural necesita más que proyectos innovadores o tecnologías de vanguardia; necesita personas dispuestas a sumar, a implicarse y a ver el valor de cada pequeño paso. La transformación comienza en lo más profundo de nuestra actitud, en la disposición a enfrentar los desafíos con creatividad y determinación.
La aptitud, por otro lado, asegura que esas buenas intenciones se conviertan en realidades tangibles. No se trata solo de querer hacerlo bien, sino de saber cómo hacerlo. Esa combinación de actitud y aptitud es el verdadero motor que impulsa un rural próspero, vivo y con futuro.
Un llamado al compromiso
Desde Rural Sustentable, queremos recordar que todos tenemos un papel en este cambio. Como formadores, emprendedores, vecinos o simplemente como consumidores conscientes, podemos ser parte de la transformación del rural.
La actitud positiva y las aptitudes adquiridas se alimentan mutuamente. Juntas, son la fuerza que construye no solo un rural mejor, sino un futuro más justo y sostenible para todos.