Es convertir granjas en espacios de creación, como hizo Miriam. Es redefinir un oficio, como hizo Idoia. Es, en esencia, romper con la resignación y abrazar el potencial infinito que se esconde en cada rincón del rural.
En las curvas sinuosas del rural gallego, donde el tiempo parece discurrir a un ritmo diferente, laten ideas que rompen esquemas, historias que redibujan lo posible y personas que, con sus manos y sueños, transforman lo conocido en algo extraordinario. En el Foro Rural Sustentable 2024, fuimos testigos de cómo la disrupción creativa puede nacer del corazón mismo de la tradición, reimaginando sus formas sin olvidar sus raíces.
Innovar desde el alma del rural
En una antigua granja ganadera, las vigas de madera que un día sostuvieron el peso de la rutina ahora albergan arte. Miriam Pérez, del Espazo Vilaseco, nos llevó a imaginar un lugar donde el pasado y el presente dialogan, donde cada rincón cuenta historias de lo que fue y vislumbra lo que puede llegar a ser. Su proyecto es más que una transformación física; es un ejemplo vivo de cómo el rural puede ser un lienzo para la modernidad sin perder su esencia.
Y luego está Idoia Cuesta, cuyos dedos tejen el tiempo. Su cestería no es solo un arte; es un puente entre lo ancestral y lo contemporáneo. En cada curva de sus creaciones se siente el respeto por la tradición, mientras que sus colaboraciones con marcas de renombre internacional añaden una chispa de vanguardia. Con cada pieza, Idoia nos muestra que innovar no siempre significa abandonar el pasado, sino saber llevarlo consigo hacia nuevos horizontes.
La magia de la disrupción creativa
¿Y qué es, al final, la disrupción creativa en el rural? Es el arte de mirar lo cotidiano con ojos nuevos. Es rescatar lo que otros consideran obsoleto y darle una nueva vida. Es entender que el rural no necesita imitar a las ciudades para prosperar, porque tiene su propia voz, su propio lenguaje, su propio latido.
Es convertir granjas en espacios de creación, como hizo Miriam. Es redefinir un oficio, como hizo Idoia. Es, en esencia, romper con la resignación y abrazar el potencial infinito que se esconde en cada rincón del rural.
El poder de contar estas historias
Pero, ¿de qué sirve una revolución silenciosa si nadie la escucha? En el próximo evento Comunicación Rural Sustentable, nos embarcaremos en la tarea de dar voz a estas transformaciones. Porque no basta con hacer; hay que saber contar. Las historias del rural merecen salir a la luz, cautivar, inspirar y mover.
Allí exploraremos cómo la comunicación puede convertirse en una herramienta para que proyectos disruptivos como el de Miriam o el de Idoia encuentren el lugar que merecen en la conversación global.
Un llamado al futuro
El rural está vivo, y su futuro se escribe hoy, con creatividad, con valentía, con sueños tejidos en las manos de quienes apuestan por más. Desde Rural Sustentable, queremos ser cómplices de este cambio, aliados de quienes se atreven a imaginar lo imposible.